Las grandes cadenas de supermercados en el Reino Unido (ASDA, Sainsbury, Tesco, Morrisons y Co-op) se enfrentan desde 2016 a la mayor demanda colectiva referente a trabajos de igual valor. La demanda se refiere a la diferencia salarial entre las personas trabajadores en tienda (principalmente mujeres) y las trabajadoras en el almacén (fundamentalmente hombres), que oscila entre los 1,8 y 3,6 euros por hora.
Los demandantes argumentan que su trabajo en tienda es equivalente en valor al de los trabajadores en el almacén y que en su salario no se tienen en cuenta factores como la responsabilidad (sobre personas, materiales, dinero), el trato con clientes o los riesgos inherentes al puesto de trabajo.
Las empresas argumentan que los salarios hora entre las personas trabajadoras en almacén o en tienda no dependen del sexo. Si existen diferencias entre ambas categorías se debería a que los requerimientos de los puestos de trabajo en los dos ámbitos son distintos, son sectores diferentes y se paga respecto a ello.
Aunque la demanda está interpuesta por trabajadoras, los hombres que trabajan en tienda también podrían beneficiarse a posteriori de una resolución que reconociera un distinto pago por trabajos de igual valor.
La demanda afectaría a más de 500.000 personas trabajadoras con un valor de compensación estimado en más de 9.500 millones de euros.